El Santo Rosario es un tesoro, porque es la síntesis de los misterios de la vida de Nuestro Señor Jesucristo. Un Evangelio vivo, es la oración mental y vocal predilecta de los cristianos católicos. A este respecto, la santa dominica Rosa de Lima, arrebatada por el amor a Dios y a la Virgen María, exclama: ¡oh Santo Rosario, contienes todos los méritos de la oración vocal y toda virtud de la oración mental! Sí, difícilmente se puede encontrar una síntesis más armónica de oración mental y vocal que el rosario; en él se ora con los labios, se medita con la mente y se ama con el corazón. La historia de la salvación está perfectamente presentada en sus momentos culminantes en los misterios del rosario.
En cuanto a la repetición de las Ave Marías, después de cada misterio, dicha repetición es el mismo saludo del ángel a la Virgen María, razón por la cual, Juan Pablo II, dice que el santo rosario, es de carácter cristológico y mariológico.
El Rosario es para la Orden de Santo Domingo, una plegaria que late al ritmo de nuestro carisma definido en cierta manera como «contemplar y dar a los demás el fruto de la contemplación«. Con el rosario, contemplamos a través de los ojos de María el rostro de Jesús, su vida pública. Santo Domingo de Guzmán, cuando contemplaba los misterios de la vida de Jesús y rezaba las aves marías, sentía el latir amoroso del corazón maternal de María y por ella el amor de Jesús, que lo reflejaba en su apostolado, fortalecido por esta santa devoción, fundó la orden de Predicadores y palpó el poder del santo rosario al convertir a herejes y pecadores.
Cabe hacer mención también, que Santo Domingo de Guzmán, en un éxtasis místico, recibió de manos de la virgen María el salterio, las cuentas del rosario. Desde ese entonces, se difundió más el rezo del rosario, convirtiéndose en una devoción popular y universal.
Ahora bien, a través del tiempo, especialmente San Pío X, Juan Pablo II y nuestro actual Papa, recomiendan el rezo diario del Santo Rosario, para conseguir la conversión de nuestros egoísmos, alcanzar la paz de las naciones, la salud espiritual en la familia, la paz interior de los jóvenes.
En estos momentos, de conflictos internos y amenazas externas, de hogares disfuncionales, de una juventud, que a veces opta por el mal, por no tener quien los guíe, por no tener un asesoramiento espiritual, es saludable y recomendable retomar la la auto revelación de la Virgen María y su Rosario, como el medio más sencillo de atraer su mirada. La importancia de este instrumento de la gracia divina yace en la reiteración del cumplimiento de la Palabra de Dios, encarnada en una criatura de su predilección y el triunfo del bien sobre el mal, forma más eficaz de arrancar de sus labios bendiciones para la humanidad.
Por lo tanto, son numerosos los frutos que se consiguen por el rezo del Santo Rosario en compañía de nuestra madre, la Reina del cielo:
1.- Conocimiento de las propias miserias y construcción de una sana Autoestima., sin llegar a la egolatría, como lo hacen la publicidad y los medios de comunicación, profanando nuestra esencia y adhiriéndose a comportamientos que dicta el mundo o la farándula; creando una imagen distorsionada del amor propio. En cambio, la saludable devoción del Rosario hace florecer en nosotros la verdadera humildad.
2.- Comprensión de la riqueza bíblica y los misterios divinos. para que los jóvenes sientan el amor de Dios y actúen de acuerdo a sus propias convicciones.
3.- Formación del carácter e identidad de cristianos católicos, en conjunción con la capacidad de amar a Dios y venerar a la Virgen María, tomándola como nuestra madre. y protectora, para hacer la Voluntad de Dios y reflejar su amor al prójimo.
Jóvenes, no dejemos de buscar el tesoro que se encuentra al rezar cada Ave María en el Santo Rosario. Anhelemos los bienes mayores, seamos íntegros y recordemos “Todo lo que está fuera de Cristo es mentira y como tal, no perdura.
Que Dios y la Virgen los guíe siempre y los proteja con su abrazo maternal.