Consciente de su dignidad de hijo de Dios y de su misión en el mundo.
Comprometido con los valores evangélicos y el carisma dominicano: estudioso, bueno comunicador, orante, portador de Luz.
Capaz de discernir y descubrir el plan de Dios en su vida y el llamado a su realización personal en la construcción del Reino, a través de su participación en la construcción de un mundo solidario y pacífico; respetando el medio ambiente.
Íntegro y armónico en todas sus facultades: biológicas, afectivas, volitivas, intelectuales y espirituales.
Alegre, de mentalidad crítica y reflexiva, indagador, investigador y creativo para buscar la verdad y la superación personal.
Que desarrolle las competencias y habilidades, domine las destrezas con sólida fundamentación científica.
Respetuoso de los derechos humanos, solidario, íntegro, audaz y equilibrado, consciente de su libertad y su papel dentro del sistema democrático; fundamente su ser y el derecho de los demás.
Identificado con su cultura ecuatoriana, su comunidad y su familia.