
Vivimos en la era de la tecnología, en donde las redes sociales se vuelven una extensión natural del cuerpo y la mente, para los adolescentes, esta realidad es aún más intensa porque nacieron dentro de este mundo digital y crecen rodeados de todo tipo de influencia de este tipo, pantallas, notificaciones, juegos virtuales y validación instantánea, pero ¿cómo influyen realmente las redes sociales en su conducta? ¿Estamos frente a una revolución en la comunicación o ante una amenaza al desarrollo emocional y social de nuestros jóvenes?
Es innegable que las redes sociales permiten a los adolescentes acceder a una variedad de contenidos, opiniones y culturas consiguen ampliar su visión del mundo, a través de esta herramienta, pueden encontrar inspiración, apoyo en comunidades afines e incluso descubrir talentos o intereses que, de otro modo, quedarían ocultos.
Sin embargo, esta oportunidad también les muestra una versión cuidadosamente editada de la vida de los demás, las comparaciones constantes con ideales de belleza, éxito o felicidad –muchas veces irreales– alimentan la inseguridad, la ansiedad y debilitan la autoestima que en esta etapa del desarrollo se debería fortalecer. La necesidad de aprobación en forma de “likes” o comentarios conlleva a la adicción y a condicionar su conducta diaria.
La adolescencia por ser una etapa de búsqueda de identidad, un proceso delicado en el que se consolidan valores y formas de relacionarse, en este contexto, las redes sociales actúan como un altavoz de las inseguridades, las críticas, los “haters” o el simple hecho de no recibir la respuesta esperada a una publicación puede tener un impacto profundo y es que, muchos adolescentes modelan su conducta en función de sus influencers o figuras públicas favoritas, imitando estilos de vida que no se ajustan a su realidad, ni a sus necesidad. Esto no solo afecta su percepción de sí mismos, sino que puede llevar a la adopción de conductas de riesgo, desde desafíos virales peligrosos hasta trastornos alimentarios.
Pero no todo es negativo, las redes sociales bien utilizadas son un espacio para expresarse, encontrar apoyo emocional o incluso movilizarse por causas sociales. Muchos adolescentes usan estas plataformas para compartir arte, humor o reflexiones personales, la clave está en el equilibrio y en el acompañamiento.
Por eso es necesario que padres, educadores y la sociedad en general dejen de ver las redes sociales como un enemigo y empezar a entenderlas como un entorno que también necesita educación y del cual se pueden aliar para que sus adolescentes se sientan visibilizados, enseñar a los adolescentes a hacer un uso crítico, consciente y saludable de estas plataformas es tan importante como cualquier asignatura escolar.
Autora: Psic. Luisita Prado