“Que la fuerza de esa esperanza pueda colmar nuestro presente en la espera confiada de la venida de nuestro Señor Jesucristo”.
“Navidad” del origen latín “Nativitas” que significa nacimiento, es una palabra que contiene un significado especial para todos los creyentes. Llega con una historia de salvación, que nos llena de esperanza, porque el nacimiento de Jesús, es la LUZ que llena nuestros corazones de amor y felicidad.
Al pasar los años, la esperanza tiene un significado más profundo, porque en cada época se han vivido y atravesado momentos de oscuridad, dolor, angustia y violencia. Estamos en el 2024 y en la actualidad a nivel mundial tenemos guerras, escasez, desolación, violencia, inseguridad, crisis energética, en fin, mucho dolor y angustia.
En nuestro país Ecuador hemos experimentado incluso la oscuridad de manera literal, debido a la falta de energía eléctrica. En este contexto de no tener la luz eléctrica hemos llegado a la desesperación, a deprimirnos, a perder la esperanza y olvidarnos de lo más importante que es la fe en Dios. Estos pensamientos y sentimientos de inconformidad con la situación del país han sido el tema principal de nuestras conversaciones con familiares, amigos, colegas de trabajo, o compañeros de aula.
Para mitigar y aliviar estos momentos de oscuridad, cada familia ha buscado la manera de tener energía eléctrica, se han comprado generadores, baterías, UPS, focos recargables, en fin, se han buscado los medios y estar preparados para cuando llegue la oscuridad. También, se han pospuesto actividades, se han cambiado horarios y poco a poco los ecuatorianos nos hemos ido adaptando a estos duros momentos de oscuridad.
Mágicamente llega diciembre y todos quienes creemos en Dios empezamos a sentir la necesidad de estar alegres, más allá de las circunstancias que cada persona tiene; es el mes donde se empiezan a encender las luces, una llamita interna se inicia a brillar y nos disponemos a organizar y celebrar esta fecha especial.
Los invito a preparar su corazón para la llegada de la LUZ, busquemos a esa persona que necesita apoyo, que necesita una palabra de aliento. El nacimiento de Jesús es la promesa más grande que Dios nos ha cumplido y es la esperanza que debe inundar nuestros corazones. Así como nos preparamos para los momentos de oscuridad, llegó el momento de recibir la LUZ, acogerla en nuestro ser y demostrar con actitudes y acciones concretas que podemos desde nuestros roles cambiar el mundo, contagiemos a nuestro prójimo la alegría y la esperanza que nos regala Jesús.
Feliz Navidad <3